Astrolabio: Agenda Holística


Cuál es el aprendizaje en el signo de Cáncer

 

Debemos estar atentos al paso del sol por los signos del zodíaco. En cada uno de los 12 periodos del año hay un aprendizaje. Este es el reto para Cáncer, según la mitología esotérica de Los doce trabajos de Hércules y la evolución espiritual.

Luego de los esfuerzos y las energías movilizadas en los tres primeros portales del año: Aries, Tauro y Géminis, llegamos al cuarto portal representado por el signo de Cáncer. 

Siguiendo con la alegoría de los 12 trabajos de Hércules, para relacionarlos con las actividades más adecuadas para cada época del año -según los 12 signos del zodíaco-, veamos qué reto se le plantea al héroe mitológico en Cáncer: 

Hércules debía capturar una cierva que se disputan el hada Artemisa y Diana, la cazadora de los cielos, para llevarla al sagrado santuario de Micenas. La cierva era un bello animal con cuernos de oro y pies de bronce que la hacían infatigable en su carrera, por lo que nadie la había alcanzado jamás. Estaba consagrada a las dos diosas y vivía en uno de sus templos, donde siempre hallaba un refugio seguro. Por espacio de un año Hércules persiguió a la cierva, hasta llegar al país de los hiperbóreos, en las nevadas regiones árticas. Cuando el animal se dispuso a pasar el río Ladón para refugiarse en el santuario que le servía de morada, Hércules le hirió la pata con una flecha, y tomando la cierva, la consideró suya.

Simbología del trabajo 



La "Cierva" del mito representa a la intuición y esta palabra significa "el que debe ser capturado", es decir, que es elusivo y difícil de aprisionar. No era una cierva cualquiera, tenía pezuñas de bronce, cornamenta de oro, y era grande y veloz. Había logrado huir de la propia Artemisa, quien se la disputaba con Diana (ambas, diosas de la caza y de la Luna).

Hércules la persiguió un año, atravesando todo tipo de paisajes y tierras conocidas y desconocidas. Un día, el cazador y la cierva llegaron a los confines de la Tierra, y Hércules pudo darle caza.  La capturó, la echó sobre sus hombros, "cerca de su corazón". Una vez atrapada e inmovilizada, y sin llegar a derramar ni una gota de su sangre, la llevó al sagrado templo de Micenas, frente al altar. 

La Cierva simboliza entonces a estas tres fases de la Sabiduría: Instinto, Intelecto, Intuición. Se pretende con este trabajo que el Discípulo se dé cuenta de que, a esta altura evolutiva, el Alma no debe dejarse influir por el instinto (Artemisa), ni por el intelecto (Diana), sino que debe seguir la voz de la sabiduría (…) Por ello, LA SABIDURÍA DEBE ENTRAR POR EL CORAZÓN MEDIANTE LA INTUICIÓN –la Cierva- porque si entra por la cabeza, polo masculino del Alma, estará falta de Amor, de paciencia y de humildad, y la soberbia puede apoderarse de la persona. 

“Las cosas, las situaciones, las personas, están con nosotros un tiempo muy corto o muy largo, pero no son nuestras. Nosotros estamos en este lado de la vida un tiempo, pero no vamos a quedarnos”.


Este trabajo hace así  alusión a Cáncer cuyo regente es la Luna. La intuición y el instinto están muy arraigados en los animales que pertenecen al ámbito lunar. 

La intuición es repentina y veloz, como la cierva. No es fácil entender la intuición porque no pertenece a la mente, sino al instinto y a la emoción. 

La cierva tiene que ver con nuestro inconsciente y nuestras raíces, que nos mandan permanentemente señales, que la mayoría de las veces no somos capaces de entender, porque solemos funcionar con nuestra parte racional.

No se triunfa hasta no transmutar instinto en intuición, ni se llega a usar correctamente el intelecto hasta que la intuición se pone en juego, interpretando y extendiendo el intelecto y aportando realización. Así el instinto se subordina a ambos.

Podemos entender mejor el significado de este trabajo recapitulando sobre los trabajos anteriores de Hércules, mediante los cuales ya ha conseguido varias cosas:

  • En Aries halló la facultad de la mente y su control.
  • En Tauro el manejo del deseo desde el destello del espíritu, que es la capacidad de registrar la iluminación.

En Géminis la constatación de su dualidad: su parte mortal y su parte inmortal
Y ahora en Cáncer reconoce intuitivamente los reinos superiores, la intuición,  y se familiariza con el reconocimiento instantáneo de la verdad.

En Aries, el ser aprende el control mental. En Tauro, “madre de la iluminación", recibe su primer destello de luz espiritual que crecerá al acercarse a su meta. En Géminis, aprecia los 2 aspectos de su naturaleza.

Desde la perspectiva ocultista, Cáncer es el último de los 4 signos preparatorios. Estando equipado con la facultad de la mente, en Aries; y con el deseo, en Tauro; y habiendo llegado a la realización de su dualidad esencial en Géminis, el ser humano encarnado entra, por su nacimiento en Cáncer, en el reino humano. Por ello Cáncer es un signo de masa. 

 Es así como en Cáncer se logra el primer contacto con un sentimiento más universal, aspecto superior de la conciencia de la masa. 

Con una mente controlada, con capacidad de registrar la iluminación, de contactar su aspecto inmortal y de reconocer intuitivamente el reino del espíritu, se está listo para el trabajo mayor.  

La gran lección de este Trabajo es la siguiente:

Por la gracia de Dios Todo se nos da, pero no somos amos de todo ello, el poder es de Dios. Al “hijo del Hombre” nada le pertenece; al “Hijo de Dios” todo se le da”.  NO SE NECESITA POSEER, SINO SENTIR QUE SE FORMA PARTE DE DIOS,   dejar de Amar unidireccionalmente,  y entrar a VIVIR EN EL AMOR.


fuentes consultadas: 
http://esoterismo.innatia.com/
 http://johannhussai.wordpress.com/  
http://energiasenevolucion.blogspot.com/  
http://merche-rincndelsilencio.blogspot.com/

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