Ejercicio de atención consciente
A lo largo del día, cotidianamente, podemos tomarnos unos minutos para hacer estos ejercicios de toma de consciencia, muy útiles para el desarrollo de la atención consciente. Su práctica constante ayuda a hacer de la auto-observación un hábito.
1. Controlar los movimientos precisando para hacer el mínimo esfuerzo posible. Por ejemplo, si movemos el brazo, no tensar las piernas. Tomar conciencia de los movimientos que hacemos y evitar los movimientos innecesarios.
2. Movimientos a cámara lenta. Este es un ejercicio tibetano.
3. Observación de pensamientos. Es interesante darnos cuenta de qué tipo de pensamientos tenemos, pero debemos observarlos sin juzgar, pues cuando juzgamos estamos pensando también, simplemente observando qué flujo natural lleva nuestra mente y aprendiendo de nosotros mismos.
4. Ser espectadores de la realidad. Mantenernos apartados en la vida, como espectadores pasivos y observar cómo fluyen las circunstancias, las emociones, los pensamientos, tanto propios como ajenos. Observar nuestros impulsos y nuestras emociones y cómo intentan inmiscuirnos en las distintas acciones, observar en cuáles nos cuesta más mantenernos al margen y cuáles no nos cuesta nada.
5. Recapitulación diaria. Este ejercicio aumenta el grado de auto-observación. Antes de acostarnos repasaremos todos los acontecimientos vividos durante el día, con el mayor detalle posible. Haciéndolo regularmente activamos unos circuitos neuronales que suelen estar dormidos, y despertamos nuestra conciencia en los sueños, pasando a tener sueños lúcidos.
6. Escuchar. Escucha, escucha hasta cuando haya un silencio absoluto.
7. Desechar lo superfluo. Observar los pensamientos que tenemos y desechar todos aquellos que no nos gusten, aquellos que no nos alimenten. Aprender a controlarlos y definir el tipo de pensamiento que tenemos. No dejar a la mente que tome el control.
8. Concentrarnos. Concentrarnos para lograr la consciencia en cada proceso, situación, pensamiento y movimiento. Detenernos un momento y observar qué hacemos, qué pensamientos tenemos sobre algo, o sobre varias cosas a lo largo del día. Observemos nuestra postura. Tratemos por algunos momentos de ser un observador externo de nosotros mismos.
9. No buscar las respuestas. En muchas ocasiones es necesario NO buscar la duda, ni cuestionarnos ni plantearnos nada. Simplemente sentir y dejar la mente tranquila. Ser conscientes de que no necesitamos cuestiones ni respuestas para vivir. Lo esencial no está en la mente.Y las respuestas que necesitamos ya las encontraremos justo en el momento adecuado.
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